viernes, 22 de septiembre de 2017

Nueva forma de ver el espacio (Septiembre 22 de 1955)

“Discutir sobre la naturaleza y la forma de la Tierra no nos ayuda en nuestra esperanza de la vida por venir”. 
–San Ambrosio (337-397)-

Crimea es una península al sureste de Ucrania, es la salida de Rusia al Mediterráneo a través de mar negro, su estratégica ubicación le ha llevado a ser el escenario de invasiones y batallas; entre 1854 y 1856 de la guerra de Crimea, tuvo un papel importante en la guerra civil que se produjo entre 1917 y 1920, después de la Revolución Rusa y en 2014, la Crisis de Crimea entre Rusia y Ucrania llevó a una reintegración formal de este territorio a Rusia.

Es una tierra llena de riquezas naturales: frutas, productos agrícolas, ganado vacuno y lanar, además de poseer importantes depósitos de sal y mineral de hierro.

Como si todo lo anterior no fuera poco, a Crimea la rodea el mar negro y esto hace que sus fuertes temporales y pseudo-ciclones mediterráneos; provoquen unas condiciones atmosféricas excepcionales, con las cuales, la investigación y observación de la bóveda celeste se vuelva única en el mundo. Esto llevó a que al final de la década de 1920 se comenzaran a establecer en sus terrenos centros de investigación científica determinantes para la investigación en la era soviética.

Un precursor de todas las investigaciones en la zona, fue el Observatorio Astrofísico de Crimea que se remonta a 1912, con la construcción un pequeño observatorio privado y que paulatinamente, con ayuda del estado soviético fue creciendo hasta convertirse en uno de los más importantes del mundo durante la Guerra Fría. Así, el 22 de septiembre de 1955, el Observatorio abre su gran telescopio, hito tecnológico con el que comenzaba una nueva era de la observación al espacio. En su momento, este telescopio fue el más grande de Europa y ha sobrevivido hasta la fecha.

Esta zona de científicos en Crimea, es en la actualidad una extraña y grotesca mezcla entre turismo y un sinfín de laboratorios abandonados o semi-abandonados, todos ellos vestigios de un particular “pasado glorioso” soviético, en este caso en el terreno de la ciencia.

Después de la anexión de Crimea a la Federación de Rusia, en 2015, fue creado el Instituto de Investigación de Crimea y Observatorio Astrofísico, con ello, el Observatorio Astrofísico de Crimea y el telescopio se han actualizado gradual y lentamente pero siguen funcionando.



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