sábado, 11 de noviembre de 2017

La ciudad del Volga (10 de noviembre de 1961)

"No todo asume un nombre. Algunas cosas van más allá de las palabras".
 -Alexander Solzhenitsyn-

 Iósif Stalin murió el 5 de marzo de 1943, y Nikita Kruschev, nuevo secretario del Soviet Supremo comenzó un proceso para eliminar el culto a la personalidad que el mismo Stalin creo durante los años que estuvo en el poder (1924-1953), a ese proceso se le llamó la 'desestalinización'.

Entre las múltiples y controversiales acciones que hizo Stalin en sus días fue cambiar el nombre de Tsaritsyn, ciudad ubicada en la confluencia de los ríos Volga y Tsaritsa a Stalingrado, evidentemente en su honor.

Como Stalingrado, la ciudad alcanzó la fama y el reconocimiento mundial por ser el sitio de una de las batallas más crueles y determinantes de la Segunda Guerra Mundial. En honor a la batalla se levantó la Estatua de la Madre Patria, monumental estatua de 85 metro de altura y uno de los símbolos de la ciudad.

El 10 de noviembre de 1961, y siguiendo con el proceso de desestalinizacion, Stalingrado cambió su nombre a Volgogrado, nombre que mantiene hasta nuestros días.

En febrero de 2013, por unos días Volgogrado volvió a llamarse Stalingrado. El motivo, la conmemoración de los 70 años de la finalización de aquella legendaria batalla, para muchos historiadores, fue la que cambió el rumbo de la guerra en el Frente Oriental.

Devolverle el nombre a Stalingrado, aunque fuera por unos días, no fue bien recibido, en cierta forma era recuperar la memoria del dictador.
 Al término del homenaje a soviéticos y rusos que dieron su vida en aquella guerra, "Volgogrado volvió a ser Volgogrado".


Pero dejó una duda en los rusos: ¿el proceso de desestalinización emprendido hace más de medio siglo aún no ha llegado a su fin?

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