“No hablemos acerca del comunismo. El comunismo fue sólo una idea, un
castillo en el aire”
- Boris Yeltsin -
Por Gabriel Macías Nito
Cuando se produjo el golpe de
Estado para deponer a Gorbachov, en agosto de 1991, Yeltsin encabezó la
resistencia contra los golpistas y comenzó a desmantelar el aparato del Soviet
Supremo. Sus esfuerzos posteriores se encaminaron a sustituir la URSS por la
Comunidad de Estados Independientes (CEI), creada oficialmente en diciembre de
1991.
La dimisión de Gorbachov como presidente soviético le confirmó como la figura más importante en la antigua Unión Soviética. En enero de 1992, Yeltsin, ya como presidente de la Federación Rusa, se reunió con otros dirigentes mundiales en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para determinar el futuro del Consejo de Seguridad de este organismo. Aceptó el control armamentístico y solicitó la inversión de capital occidental en Rusia.
Durante su Presidencia, la Federación de Rusia hizo la transición a un mercado libre, aplicando una política de 'terapia de choque' sin embargo, la transición condujo a la penuria económica generalizada y desigualdad, con muchos oligarcas tomando el control de los activos estatales a precios de saldo, pero la gente luchó soportando, haciendo frente al aumento de los precios y la reducción de los ingresos.
Hacia el final de su presidencia, Yeltsin era cada vez más impopular, tanto por la crisis económica, como también por su estado de embriaguez constante, ya que a menudo aparecía en importantes reuniones borracho y creando situaciones embarazosas.
Después de su renuncia en 1999, su candidato preferido, Vladimir Putin
asumió el control. Murió el 23 de abril de 2007, a los 76 años de edad.
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